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Nuevo Horizonte

Dimensiones: Díptico, 33x33cm (cada una)
 (Marco de madera)
Materiales: Acrílico, técnica mixta sobre tabla.

Análisis Curatorial

El díptico titulado "Nuevo Horizonte" es una propuesta artística que combina abstracción, serenidad y una fuerte evocación de paisajes imaginarios. La obra se construye a través de la interacción entre planos de color, texturas densas y sutiles intervenciones lineales, logrando transmitir una atmósfera contemplativa y al mismo tiempo cargada de simbolismo.

En cuanto a la composición, las dos piezas están concebidas de forma complementaria, creando un diálogo visual entre ellas. La distribución del espacio es predominantemente horizontal, lo que sugiere una referencia implícita al horizonte como elemento central. Sin embargo, este horizonte no se presenta de forma literal ni fija, sino como una abstracción que se desdibuja y se reinventa a través de capas de pintura y el juego entre tonalidades. La división cromática entre un azul grisáceo y un blanco cremoso refuerza esta sensación de paisaje, con el azul evocando un cielo cargado de matices y el blanco sugiriendo una tierra inexplorada o incluso la quietud del agua en reposo.

El uso de la textura es fundamental en esta obra. Las superficies están trabajadas con un enfoque gestual, evidenciando la técnica del artista y su conexión directa con el material. Las pinceladas y los relieves sugieren un proceso creativo meticuloso, pero también intuitivo, donde la pintura no solo sirve como un medio de expresión, sino como un elemento físico que invita al espectador a explorar visual y táctilmente las capas de la obra. Estas texturas densas crean un contraste con la suavidad sugerida por los tonos predominantes, lo que añade una profundidad visual que parece expandir el espacio más allá de los límites físicos de los cuadros.

La inclusión de líneas rojas delgadas y fragmentadas aporta un elemento de tensión y dinamismo. Estos trazos mínimos, casi insignificantes en términos de proporción, actúan como puntos focales que rompen la aparente calma del paisaje abstracto. Su presencia es una interrupción deliberada, que puede interpretarse como un símbolo de intervención humana, de ruptura o de un cambio latente en el horizonte que observamos. Estas líneas no son agresivas, pero tampoco están plenamente integradas en el conjunto, lo que refuerza la idea de un horizonte en transformación, de una realidad en constante devenir.

El título de la obra, "Nuevo Horizonte", es una invitación a reflexionar sobre las posibilidades del cambio y la renovación. En este contexto, el díptico puede entenderse como una metáfora del proceso de búsqueda y descubrimiento. El horizonte, tradicionalmente asociado con el límite de lo visible y lo alcanzable, se presenta aquí como algo ambiguo y expansivo, invitando al espectador a imaginar qué podría haber más allá. La relación entre las dos piezas del díptico también refuerza esta idea: aunque ambas comparten un lenguaje visual común, no son idénticas, lo que sugiere que cada horizonte es único y se transforma dependiendo de la perspectiva desde la que se observe.

En términos emocionales, la obra evoca calma y melancolía, pero también esperanza y expectación. La paleta de colores fríos transmite una sensación de introspección, mientras que las líneas rojas introducen un matiz de vitalidad y posibilidad. Esta combinación hace que el díptico no sea ni completamente estático ni completamente dinámico, sino un equilibrio entre ambos estados, como el momento preciso en el que algo está a punto de cambiar.

En conclusión, "Nuevo Horizonte" es un díptico que logra equilibrar simplicidad y complejidad, abstracción y simbolismo. A través de su cuidada composición, su manejo magistral de la textura y su sutil pero impactante uso del color, la obra invita a una reflexión profunda sobre el cambio, la exploración y la posibilidad de lo desconocido. Es una pieza que trasciende lo visual para convertirse en una experiencia sensorial y emocional, apelando a la imaginación y al espíritu del espectador.