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Ecos de Conexión I y II

Dimensiones: Díptico, 63x63cm (cada una).
 (Marco de madera)
Materiales: Acrílico, técnica mixta sobre tabla.

Análisis Curatorial

"Ecos de Conexión I y II" es un díptico que dialoga entre la fuerza del color y la estructura geométrica, creando una narrativa visual donde el orden y el caos coexisten en armonía. Estas dos piezas funcionan como espejos complementarios, cada una reflejando y respondiendo a la otra, pero conservando su individualidad. Juntas, generan un espacio de resonancia visual que se percibe tanto en la interacción cromática como en la distribución de las formas.

En la primera pieza, predominan los tonos cálidos: el amarillo, el naranja y el rosa son los protagonistas, contrastados por un azul frío que fragmenta y equilibra la composición. Las franjas verticales sugieren estabilidad, pero la presencia de líneas horizontales en tonos oscuros corta esta aparente quietud, inyectando dinamismo y tensión en la obra. La textura rugosa y la aplicación casi gestual de la pintura aportan una sensación táctil que acentúa la materialidad de la pieza, haciendo que los colores parezcan vibrar con vida propia.

Por otro lado, la segunda obra del díptico se presenta como un reflejo cromático invertido. Aquí, los tonos fríos dominan la escena con un azul celeste expansivo que actúa como fondo, mientras bloques de rosa, amarillo y azul oscuro construyen una composición horizontal más ordenada. Las formas parecen habitar el espacio con mayor control, creando una sensación de equilibrio estructural. Sin embargo, la textura mantiene su fuerza expresiva, recordándonos que, a pesar del orden aparente, hay un impulso gestual que rompe con la rigidez.

La interacción entre ambas piezas es clave para comprender su esencia. Mientras una sugiere una estructura más vertical y enérgica, la otra invita a una pausa horizontal, más serena y reflexiva. Esta dualidad refuerza la idea de la conexión: dos lenguajes visuales distintos que, al unirse, generan un diálogo fluido y coherente. No se trata solo de un ejercicio de equilibrio cromático y formal, sino de un juego emocional en el que cada pieza aporta una voz única al conjunto.

El título, "Ecos de Conexión", encapsula la intención de la obra. Hay un eco visual entre las dos piezas, una repetición y transformación de elementos que crean un puente entre ellas. Este eco no solo es formal, sino también emocional; ambas piezas parecen hablar entre sí, susurrándose significados que el espectador puede intuir, pero nunca poseer por completo.

La obra plantea, además, una reflexión sobre la conexión en un sentido más amplio: la conexión entre opuestos, entre lo vertical y lo horizontal, entre lo frío y lo cálido, entre el caos y el orden. Este díptico funciona como una metáfora visual de las relaciones humanas, donde cada individuo (o en este caso, cada lienzo) mantiene su autonomía, pero es en el acto de vincularse con el otro donde surge algo más grande, algo que trasciende lo individual.

"Ecos de Conexión I y II" no es simplemente un ejercicio de composición abstracta; es un espacio donde la interacción cromática y formal genera una experiencia emocional y sensorial que trasciende el lienzo. El espectador no solo observa; participa en este diálogo, convirtiéndose en un tercer elemento que completa la conexión.