A lo Lejos
Análisis Curatorial
En "A lo Lejos", Carolina Avendaño despliega su característico lenguaje abstracto en una pieza que, pese a su economía formal, contiene una profunda carga emocional y sensorial.
La obra presenta una composición horizontal que evoca la imagen de un horizonte marino, donde el cielo se funde con un mar de tonalidades verdes, turquesas y esmeraldas. La textura densa y rica, una de las marcas distintivas de Avendaño, añade una dimensión casi táctil a la superficie pictórica, invitando al espectador no solo a mirar, sino a sentir la materia que compone la imagen.
El cielo, tratado con una paleta de blancos matizados, ocres y sutiles grises, parece erosionado, como si el paso del tiempo hubiera dejado su huella en la atmósfera. Esta superficie agrietada y velada crea una sensación de lejanía y melancolía, reforzada por la línea del horizonte que, aunque firme, no es estrictamente recta, sino ligeramente difusa, aportando una sensación de movimiento contenido. La presencia de las manchas más oscuras y cálidas en el cielo sugiere nubes cargadas de historia o memorias suspendidas, acentuando la poética del tiempo detenido.
El mar, en cambio, despliega una vibrante gama de verdes, con profundidades sugeridas a través de superposiciones de color y texturas minerales. Esta parte de la obra transmite vitalidad y, a la vez, un cierto misterio: el espectador es llevado a imaginar qué hay más allá, en esa distancia sugerida por el título. El uso del color aquí no es meramente descriptivo; actúa como un lenguaje emocional que transmite tanto serenidad como una latente energía subterránea.
El diálogo entre cielo y mar en "A lo Lejos" establece una tensión sutil entre lo estable y lo mutable, entre lo etéreo y lo físico. La obra parece hablar de la espera, del deseo de alcanzar lo que se vislumbra pero permanece fuera de nuestro alcance inmediato. Hay una sensación de anhelo, de contemplación prolongada, donde la mirada se pierde en el horizonte buscando respuestas o simplemente dejando que el tiempo transcurra.
Formalmente, la pieza se sostiene sobre un equilibrio muy cuidado entre abstracción y sugerencia figurativa. No es un paisaje en el sentido tradicional, pero despierta en el espectador asociaciones inevitables con la naturaleza y la experiencia de mirar hacia lo desconocido. La textura, resultado de capas trabajadas con paciencia y una exploración consciente de los materiales, genera una percepción de profundidad y corporeidad que es esencial en la experiencia de la obra.
"A lo Lejos" confirma la madurez artística de Carolina Avendaño en el tratamiento de los elementos plásticos: color, materia y composición se articulan aquí en un todo orgánico, donde lo visible y lo emocional se entrelazan de manera sutil pero poderosa. Esta obra invita a una contemplación pausada, donde cada mirada descubre nuevas capas de significado y donde la distancia, lejos de ser una separación, se convierte en un espacio de reflexión interior.